10 Negritos – 15

10 Negritos – Agatha Christie

(Notas personales)

Cap. 15

Desayunaban los 3. Afuera el sol brillaba.

Pensaron en hacer señales heliográficas con un espejo para que algún pescador las viera. Aunque este día todavía no fuera posible navegar, al día siguiente alguien podría acudir al llamado.

Encender un fuego, no. La gente del pueblo podría pensar que era fogata.

Luego volvieron a entrar en el tema de las sospechas. Acusaron a Lombard el revolver lo tenía él «otra vez». Blove propuso que el revolver fuera guardado en el armario con los demás objetos. Lombard se negó. Si fuera el asesino ya los habría matado.

Dado que aún no encontraban el cuerpo de Armstrong, Miss Vera propuso que él mismo se había llevado el negrito que le correspondía. Blove objetó. Ya revisamos la isla completa y no está por ningún lado.

Blove propuso que el asesino estaría ahora en un dilema, pues el siguiente muerto, según la canción de los negritos, está relacionado con un oso y en la isla no los hay. Vera, desesperada, objetó que ellos eran el zoológico.

Pasaron la mañana en la cima del acantilado con un espejo haciendo señales, aunque no se veían barcos en el mar. Vera propuso que se quedaran allí pues desde lo alto podrían ver si alguien se les aproximara. Eran las 2 de la tarde, Blove propuso ir a comer a la casa. Vera rechazó la propuesta. Lombard decidió quedarse con Vera. Blove se marhó.

Vera preguntó a Lombard si creía que Blove corría peligro. No. Si Armstrong lo atacara, no tiene armas y Blove es más corpulento. Y dijo sospechar de Blove. Vera confesó confiar en él, Lombard, y sospechar del doctor. Luego Lombard se mofó un poco de ella insinuando que había dejado morir al niño. Vera se indignó.

Se escuchó un ruido proveniente de la casa. No entraron, sino que rodearon y encontraron a Blove con bloque de mármol aplastándole la cabeza. Un bloque en forma de oso.

Lombard dijo que ahora podían estar seguros que el doctor se escondía en alguna parte. Vera hizo notar que ella había tenido razón. Decidieron volverlo a buscar, pensando que teniendo el revólver estaban en ventaja, aunque buscarlo fuera una emboscada.

Lo que decidieron hacer fue pasar la noche en el acantilado sin dormir.

Caminaban por el acantilado y comenzaba a descender el sol. Vieron algo en el mar. Ropa. Bajaron a mirar bien y descubrieron que era el cadáver del Dr Armstrong.

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