Las recaídas

«Necesitaba mejorar. Comencé a hacer cosas diferentes. Me costaba trabajo al principio, no estaba acostumbrado, pero ya le iba agarrando el modo. De pronto me di cuenta que ya llevaba casi 3 semanas haciendo las cosas igual que antes.»

Se puede leer lo anterior en todo derrotista. Parece decir «no soy perseverante y así no lograré lo que me propongo«. Pero por qué no leerlo en tono neutro, como una simple afirmación de hechos.

1. Necesitaba mejorar y comencé a hacer cosas diferentes

2. Al principio me costaba trabajo pero poco a poco iba siendo más sencillo.

3. Me di cuenta que durante un tiempo volví a mis conductas anteriores

4. … Ahora ¿qué voy a hacer?

Si lo vemos de esta forma, volvemos a poner el foco de atención en las acciones positivas para el logro de lo que nos propusimos.

Lo «normal» es quedarnos atorados en la queja, en el lamento, en el «no soy perseverante» en lugar de hacer una pausa, respirar, mirar hacia el frente y decidir volver a avanzar.

«El problema no es caer, sino agarrarle cariño al suelo«. Incluso Lázaro, habiendo estado muerto, se levantó y volvió a andar.