La mesa de siempre

Me senté en la mesa de siempre.

«La mesa de siempre«. Tan incorrecta la frase. Me he sentado en muchas mesas en muchos lugares a lo largo de mi vida. Tal vez sea por economizar -flojera- que no digo «Me senté en la mesa de siempre en esta cafetería». De cualquier forma sería incorrecta la frase. Me he sentado también en otras mesas: la del fondo junto a la venta, por ejemplo. O la que está junto al librero. Lo correcto sería decir que me senté en la mesa en la que me siento con más regularidad cuando vengo a esta cafetería.

Algo similar sucede en el lugar donde siempre voy a comer. No es, en sentido estricto el lugar donde siempre voy a comer: he ido a comer a otros lugares. Y en ese lugar, cada vez que llego, la mesera me preguna si voy a querer «lo de siempre«. Que yo recuerde, en los últimos 3 meses, por lo menos 4 o 5 veces he pedido algo diferente. Aún así, ayer me preguntó si iba a pedir lo de siempre.

«Me senté en la mesa junto a las plantitas. Casi siempre que vengo a este lugar escojo esa mesa». «Otra vez comí lo mismo que casi siempre como cuando vengo a este restaurant».

Como siempre, ya no sé que más escribir, así que en este momento daré por concluida esta reflexión.