Jim Botón y Lucas el Maquinista – 13

Jim Botón y Lucas el Maquinista – Michael Ende

(Notas personales)

Cap. 13 En el que empiezan a oirse las voces del «Valle del crepúsculo»

«El valle del crepúsculo» era sombrío y más o menos del ancho de una calle con suelo de roca lisa, y a cada lado se alzaban altísimas rocas. Se detuvieron a la entrada. No se oía nada. Lucas dijo: «Todo está en silencio» y de pronto se oyó de entre las rocas una voz que repetía «Todo está en silencio»… «Todo está en silencio». Entonces Jim, asustado, preguntó «¿Qué es esto?», y la voz imitó «¿Qué es esto?»… «¿Qué es esto?»… Lucas le dijo que no tuviera miedo, sólo era el eco. «Es el eco», repitió la voz… «Es el eco…»

Entonces, se volvió a escuchar la primera frase repetida varias veces pero a un volumen más alto: «Todo está en silencio… todo está en silencio…» era como si cien voces hablaran al mismo tiempo. «Es el eco… es el eco…» Otras cien voces. Y luego se volvieron a repetir las frases, pero ahora como si fueran dichas por diez mil voces.

Entonces decidieron que lo mejor sería atravesar el desfiladero los más rápido posible, preocupados por el eco que produciría el motor de Emma. Para poder pasar sin tanto problema, Lucas saco una vela e hizo bolitas de cera para usarlas como tapones de oídos.

Lo que causaba que el eco fuera interminable, era la forma de zigzag del desfiladero. Pero si los sonidos se volvían interminables, ¿por qué cuando Lucas y Jima llegaron, estaba todo en silencio? Pues porque había llovido y la lluvia se había llevado los ruidos.

Conforme Emma avanzaba, vieron que las paredes del desfiladero detrás de ellos se iban desmoronando. Tuvieron que usar una palanca de salvación para que Emma avanzara a su máxima potencia y que el derrumbe no los alcanzara. Lograron escapar. Detrás de ellos sólo había una nube de polvo rojo. Ya no existía «el valle del crepúsculo».

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