Cometer errores

Cometer errores es un tema muy amplio. Es un tema que, dentro de ciertos contextos, puede ser algo muy malo, mientras que en otros contextos, los errores pueden ser muy valiosos.

Por ejemplo, en el ámbito deportivo. Durante un partido o una competencia, cometer errores definitivamente no es algo recomendable. Si cometemos errores disminuyen nuestras posibilidades de ganar. Pero durante un entrenamiento, cometer un error nos puede ayudar a darnos cuenta, precisamente, qué es lo que debemos evitar o cómo debemos corregir algo y mejorar.

A largo plazo, podemos decir que de todos los errores podemos aprender algo positivo.

Volviendo al ejemplo deportivo, si durante una competencia cometemos errores, podemos desarrollar acciones de mejora para nuestros entrenamientos, con la finalidad de que en futuras competencias no los volvamos a cometer y tengamos un desempeño más eficiente.

Algo es cierto: siempre, en algún momento, en algún contexto, cometeremos errores.

Es muy común que nuestro nivel de frustración sea relativamente alto, y cuando cometemos un error, pensemos en abandonar lo que estamos haciendo. «Esto no es para mi», «Esto es muy complicado, no vale la pena», «Algún día me saldrá más fácilmente».

Generalmente, cuando somos niños y cometemos errores, la consecuencia emocional es muy severa: regaños de nuestros padres, regaños de nuestros maestros en la escuela, castigos; y vamos mal aprendiendo a tener una conducta de alejamiento respecto de nuevas experiencias en las cuales muy probablemente, cometeríamos algún error. Claro, por esa asociación que tenemos de «error-castigo»

Las consecuencias a los errores pueden ser muy llevaderas (un error ortográfico en una anotación para uso personal, o confundir la fecha de una cita de negocios, no presentarse y tener que pedir una disculpa para reagendar) o muy dolorosas, en términos emocionales, patrimoniales, de dinero o alguna otra forma (un error ortográfico en un documento oficial, o confundir la fecha de una cita de negocios, no presentarse, y perder definitivamente la oportunidad de firmar un contrato lucrativo)

Salvo algunas excepciones, después de un error, la vida sigue, y por ello es mejor aprender para no repetir y repetir errores durante años a lo largo de nuestra vida.

PD. Los errores que ponen en riesgo tu salud o tu vida (o la de terceros) suelen ser, en mi opinión los más costosos. Cuando alguno de estos factores esté involucrado, creo que sí es muy conveniente analizar detalladamente lo que estemos haciendo para minimizar los riesgos.

Cometer errores