Si el amor fuera discreto
Sube. Sube más alto. Hasta donde la flor te señala.
Abrazo de agua, amarrado a tu ombligo, sus pétalos perdidos entre tu cuello y tus tobillos.
En una pausa, podemos romper el ayuno. Al final, no será necesario dar respuestas. La falta de tiempo compensada por el experto ingenio.
Pocas veces un desastre es estropeado por una expectativa superada.
La nube avanza. Una estrella se asoma. El cielo multicolor no puede evitar asomarse, sin hacer ruido, por la ventana.
Se asoma y lee tu espalda; lee mi mirada; lee la historia inconclusa que se escribe entre tus cabellos enchinados; en la cicatriz de mi espalda; en nuestra respiración, ahora en calma.
Se mira al espejo. Sonrié. Se va, sin despedirse. Ya es de noche.
Yo, el amor, fui testigo. Y no: no guardaré silencio.