Pensar también es un hábito

Comencemos definiendo:

Un hábito es cualquier conducta repetida regularmente, que requiere de un pequeño o de ningún raciocinio y que es aprendida, más que innata.

Pensar, por su parte puede tener dos connotaciones. La primera, que pudieramos verla como una función natural del cerebro, sería formar ideas y representaciones de la realidad en la mente. La segunda, que es más bien intencional, podemos definirla como el considerar un asunto con atención y detenimiento, especialmente para estudiarlo, comprenderlo bien, formarse una opinión sobre ello o tomar una decisión.

Comenzaré mencionando el hábito de no pensar, que en mi opinión es más sencillo de observar y se materializa en una frase tipo «¡Ah! Es que no lo había pensado» y que surge cuando estamos frente a alguna dificultad que, al parecer, tendríamos que haber anticipado: «Es que no pensé que fueras a llegar temprano», «es que no pensé que fuera a hacer falta», «es que no pensé que fuera a hacer frío (en pleno invierno)», «es que pensé que tú te ibas a encargar de eso (lo que se puede traducir en «es que no pensé en asegurarme si tú lo harías o yo»).

Otro hábito es el «A ver cómo nos va». Es decir, en lugar de detenernos a pensar lo que podría ocurrir y lo que podríamos hacer, dejamos que las cosas sucedan, sin saber si tendremos la capacidad o los recursos para enfrentarlas, o nos da lo mismo si el resultado es bueno o no (y tenemos el hábito de justificar nuestros malos resultados).

Pensar, como hábito, consiste en incluir momentos en nuestras rutinas para hacer planes, imaginar que sucedería si ésto o aquéllo, pensar en opciones, etc.

Esos momentos, deben tener un espacio específico en nuestra vida cotidiana: los domingos por la noche pudes pensar en lo que harás durante la semana; cada día pensarás en lo que harás y cómo lo harás al día siguiente; cuando estás a punto de llevar a cabo una acción, ya tomando en cuenta el entorno real, pensarás en cómo será tu desempeño.

Tal vez al principio te darás cuenta que «Otra vez no lo pensé» es más común de lo que creías, pero poco a poco irás mejorando, irás siendo más eficiente en tus pensamientos, y más importante aún, te darás cuenta que obtienes los resultados que buscas sin tanto stress y preocupaciones.