Las respuestas están acá (allá) arriba.

Recuerdo que un maestro en la secundaria – aunque no recuerdo que maestro era – decía que «las respuestas están acá arriba«, y con el dedo índice de su mano derecha apuntaba a su cabeza.

Me gustaban la frase y el gesto. Si quieres respuestas, piensa, analiza, razona, usa tu materia gris.

Sin embargo, tiempo después, observando a otras personas mientras contestaban exámenes, cambió un poco mi noción de aquella frase: «las respuestas están allá arriba«. ¿Por qué lo empece a decir así, «allá» en lugar de «acá»? Pues por el simple hecho de que me di cuenta que muchas personas al querer contestar un examen (o en muchos otros casos, alguna pregunta no tan sencilla) miran hacia arriba. Hacia allá arriba.

¿Al cielo? ¿No será que le están pidiendo misericordia a Dios para poder responder correctamente? No lo creo. Me parece, sin temor a equivocarme que muchas personas no almacenan la información y los recuerdos dentro de sus cabezas, sino en algún tipo de contenedor (un globo, por ejemplo) que flota sobre sus cabezas. Y por eso, para responder, les es indispensable mirar hacia arriba (al cielo, al techo, a las estrellas o cualquier «allá arriba») para encontrar la información que les es requerida.

Aún asi, a veces no se encuentra la respuesta o se responde equivocadamente. Tengo un par de hipótesis: tal vez esa pieza de información sí la guardaron dentro de la cabeza, o habiéndola guardado en ese contenedor externo, ese día en particular la persona salió de casa pero olvido llevar consigo su contenedor.

Antier comencé un reto personal de, diariamente, escribir cualquier cosa en este blog. Ayer no escribí nada. Comenzar un nuevo hábito no siempre resulta tan sencillo. Los hábitos anteriores demandan atención y ve al nuevo hábito como una amenaza: «¿acaso me irán a remplazar?»

En este caso mío en particular, me prece que ningún hábito debe preocuparse. Más bien, deberían ayudarme a encontrar un espacio adecuado para el nuevo hábito y todos contentos.

Nota: creo que el mejor momento para el nuevo hábito sea cuando tengo que esperar a alguien.

Techo de una cafetería mientras espero