Hablar
Hablar es difícil.
Es decir, hablar no sólo consiste en abrir la boca y emitir sonidos que sean entendidos por quien los escucha.
Hablar es un proceso de búsqueda incesante y veloz, en el cual, quien habla, debe recurrir a los archivos que a través de los años se han ido formando en su cerebro, para poder encontrar los hechos, las imágenes, los sonidos y las emociones del evento o tema sobre el cual va a hablar.
Y es un poceso complejo, pues una vez encontrado el material en el archivo cerebral, es posible que se hayan revuelto algunos eventos con otros, y entonces, lo que se dice, no corresponde a lo que realmente sucedió.
También está el problema de que algunos objetos de la experiencia archivada no hayan sido etiquetados adecuadamente. Entonces, la palabra o palabras que se utilizan para hablar de dicha situación, hacen que quien escucha, interprete las cosas de forma distinta.
Hablar, pues, es más un asunto de logística y eficiencia que de arte.