Ejercicio 1-6 3-6
Éste es un ejercicio, y como tal, no pretende ser algo contundente o brillante.
La mañana se presta para experimentar un poco, para divertirse un poco, para aprender mucho.
Siempre que me propongo algo, pongo toda mi atención en el punto central de lo que quiero mejorar o descubrir.
Mejorar. Descubrir. La curiosidad me lleva a lugares nuevos, y yo me permito fluir en el camino.
Tengo claras mis metas. Así me es más sencillo evaluar qué tanto mi práctica sirvió para acercarme a ellas.
Cuando dudo, medito: ¿podré resolver esto desde la inacción? Cuando la respuesta es sí, entiendo que la inacción también es acción.
Hay algunos momentos en que descubro algo distinto a lo que pensaba encontrar. O me doy cuenta que necesitaré mucha más práctica de la que creía.
Si me canso, respiro. Los ejercicios sirven también para reconocer nuestros límites y ver hasta dónde es posible expandirlos.
Nunca ha habido ocasiones en que mi práctica sea infructuosa. Incluso cuando de un ejercicio no resulta lo que esperaba, me permite entender con cierta claridad que esa forma de hacer las cosas no es del todo adecuada para nuestros propósitos.
7 de noviembre, 2019