Dejar de pensar
¿Podemos poner nuestra mente en blanco? No lo sé. Yo nunca he podido. Sé que puedo, por ejemplo, pensar en una inmensa pared blanca, o en un interminable cielo blanco; pero que mi mente esté en blanco – no pensar en nada -, jamás lo he podido hacer.
Me ha pasado también que, de pronto, me doy cuenta que han pasado algunos minutos y no estaba poniendo atención a mis pensamientos. Si en ese momento alguien me preguntara «¿En qué pensabas?«, lo más seguro es que respondería «No sé. En nada«, cuando en realidad, seguramente muchas cosas pasaban por mi mente sin que yo pusiera atención.
También me ha pasado que pienso en cosas que no me agradan, problemas que no puedo resolver, situaciones que creo que se volverán peores, y esos pensamientos me generan mucha angustia. Quisiera dejar de pensar y me pregunto dónde se apaga el cerebro.
Cuando llegué a la conclusión de que no puedo dejar de pensar, me dí mejor a la tarea de tratar de pensar de forma más clara y enfocarme en las cosas que me son más útiles para vivir bien. No siempre lo logro, pero mantengo el propósito.