De nada

– ¿De qué vas a escribir ahora?
– De nada.

Esa es una de las conversaciones imaginarias que tengo con mayor frecuencia siempre que me dispongo a escribir algo.

¿De que voy a escribir ahora? De nada.

Y es que seleccionar un tema siempre me ha costado mucho trabajo, no por la falta de temas, sino por el contrario, a causa de la enorme cantidad de posibilidades sobre las cuales podría desarrollar un texto.

Uno puede escribir acerca de cosas personales o asuntos de terceros; se puede escribir de arte, de deportes, de política, de ciencia, de tecnología; se puede escribir en términos informativos o se pueden hacer análisis; se pueden escribir cuentos, poemas, relatos o ensasyos; se puede escribir pensando que los lectores serán principalmente cierto tipo de personas y no otras; se puede escribir así, se puede escribir asá.

¿De qué voy a escribir ahora? ¿De la utilidad de las sillas, de las plantas ornamentales; de los beneficios del sol en la salud; de los cambios urbanos de la ciudad donde vivo; del uso de colores en el cine, del cine mudo, del cine en blanco y negro; del uso de la tecnología en los autos de formula 1; de los diseños de portadas de libros, de las fotocopias y los derechos de autor; de las épocas en que el agua se podía beber directo de la llave; del cambio de horario; de que la RAE dice que no se recomienda el uso de la tilde en la palabra «solo» incluso cuando es adverbio?

De nada.

Hay días en que después de pensar y pasear mentalmente por tantas y tantas posibilidades temáticas, me rindo y sucumbo ante mi impotencia para tomar una decisión.

Así que escribí esto que usted acaba de leer. ¿De qué trata? De nada, según yo. Pero, según usted, ¿de qué trata esto que acaba de leer?