De «Los recuerdos del porvenir»

«El día amaneció radiante y nuevo. Las hojas fortalecidas por la lluvia brillaban en todos los tonos del verde. Del campo llegaba un olor a tierra nueva y de los montes húmedos se desprendía un vapor cargado de esencias. El río, crecido después de tantos meses de sequía, avanzaba por su cauce amarillo llevando ramas rotas y animales ahogados. Por el aire fresco de la mañana corrió la voz: «Anoche el general mató al capitán Álvarez». » de Los recuerdos del porvenir, de Elena Garro.

Aquí el día amaneció nublado y con lluvia. No hay verde de campo, sino un acentuado gris de ciudad. Huele a humedad y en lugar de ríos, sólo tenemos charcos en las calles por donde los automovilistas manejan a toda velocidad salpicando peatones incautos. Al pasar por el puesto de periódicos, las voces impresas en papel nos cuentan del triunfo del América sobre las Chivas, los pleitos en la política local y nacional, el muerto encontrado en un taxi abandonado y el próximo partido de la Selección Nacional. Todas esas cosas que nos son tan lejanas, pero, por razones que no alcanzo a entender, pareciera necesario tenerlas cerca.