Objetivos y sueños
Los seres humanos siempre queremos algo. Queremos comida, queremos descanso, queremos felicidad, queremos emociones, queremos seguridad, etc.
Muchas de las cosas que queremos, las podemos obtener con facilidad y damos por hecha su obtención.
Pero otras cosas parecen lejanas. Complicadas. Y comenzamos a soñar con ellas. Y nos imaginamos lo que haríamos al tenerlas, cómo viviríamos, lo que sentiríamos.
Para convertir el sueño en realidad, tenemos que convertirlo en un objetivo. Algo medible, tangible, realizable.
Pensar en términos de objetivos es lo opuesto a pensar en problemas. Preguntarnos de inicio “¿Qué quiero?” en lugar de “¿Qué está mal?”
Para definir la mejor forma de llegar a nuestro sueño-objetivo, tenemos que estar concientes que hay dos tipos de objetivos:
Objetivo-resultado: Es el destino final, el sueño consumado.
Objetivo-proceso: Es el viaje. La forma en que vas a llegar al destino. El paso a paso.
Es importante entender esta diferencia, ya que muchas veces, si por cualquier razón no logramos llegar a la meta, desvalorizamos todos los esfuerzos y aprendizaje que en el camino adquirimos, sin tomar en cuenta que podrían sernos de gran utilidad para el logra de la misma meta en el futuro, o incluso de nuevas y diferentes metas.
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