Al sur de la frontera, al oeste del sol – 1

Al sur de la frontera, al oeste del sol – Haruki Murakami

(Notas personales)


“Me tomó de la mano una sola vez. Fue un día que me llevaba a algún sitio, y el gesto decía: “Rápido, es por aquí”. Nuestras manos permanecieron unidas como mucho 10 segundos, pero a mí me parecieron 30 minutos. Y cuando me soltó, deseé que el contacto no hubiera interrumpido. Yo lo sabía, sabía que ella me había cogido la mano de una manera espontánea, pero que, en realidad, lo había hecho por qué deseaba hacerlo. Aún hoy recuerdo el tacto de su mano aquel día. Es un tacto diferente a cualquier otro que haya experimentado después. Era simplemente la mano pequeña y cálida de una niña de 12 años. Pero en aquellos cinco dedos y en aquella palma se concentraban, como en un catálogo, todas las cosas que yo quería saber, todas las cosas que tenía que saber. Y ella, al tomarme de la mano, me las enseñó. Me enseñó que en el mundo real existía un lugar como aquél. Durante diez segundos tuve la sensación de haberme convertido en un pajarillo perfecto. Surcaba el aire, sentía el viento. Desde las alturas podía ver paisajes lejanos. Tan remotos que no era capaz de vislumbrar con claridad lo que había. Pero supe que existían y que algún día iba a visitarlos. Esa certeza me dejó sin aliento, me hizo estremecer.”

Hajime (significa “Principio”) nació el 4 de enero de 1951. Creció en un barrio prototipo de zona residencial de clase media a las afueras de la ciudad. Fue hijo único y eso no le gustaba (era sinónimo de consentido, enfermizo y egoísta).

En sus 6 años de primaria sólo conoció a alguien más que no tenía hermanos. Shimamoto, una niña que arrastraba ligeramente la pierna izquierda secuela de una parálisis infantil sufrida al nacer. Ella sacaba buenas notas y era amable. Vivía cerca. Un profesor le pidió a Hajime que durante un tiempo dedicara su atención a Shimamoto.

El ser hijos únicos les facilitó relacionarse. Les gustaba leer, la música, los gatos. Les costaba trabajo expresar sus sentimientos y habían muchas comidas que no les gustaban. Pero Shimamoto se esforzaba más para sobrellevar esas cosas que no le gustaban.

Hajime, en casa, tenía radio AM y escuchaba rock and roll. En casa de Shimamoto escuchaban música clásica de 15 discos de su padre. El favorito era de conciertos de piano de Liszt. Del eco de esa música nacían espirales. También había un disco de Nat King Cole y otro de Bing Crosby (villancicos). De Nat King Cole les gustaba Pretend (Pretend you’re happy when you’re blue / It isn’t very hard to do)

Shimamoto preguntó si Hajimi creía que los padres que tienen un sólo hijo no se llevan bien. Él nunca lo había pensado. Luego Shimamoto le preguntó como sería si tuviera hermanos. “El yo que está aquí y ahora ha crecido sin hermanos. Si hubiera tenido alguno, sería distinto a como es ahora…”. Shimamoto planteó que a veces el paso del tiempo es definitivo, hay cosas que se solidifican

Shimamoto a sus 12 años, ya había pensado que un día se ha de casar y tendrá un sólo hijo. No se imagina con más.

Al terminar la primaria fueron a escuelas diferentes en zonas diferentes. Hajime se cambió de casa. Visitó a Shimamoto tres o cuatro veces durante los tres meses posteriores a la mudanza. Luego se dejaron de ver pero a Shimamoto la siguió recordando con cariño